El César ha muerto, larga vida al César
Ciencia ficción, sorpresas, crítica social y política, aventura, guerra, efectos especiales y maquillajes de avanzada, épica… la franquicia de El Planeta de los Simios ha sabido perpetuarse en el tiempo y reconfigurarse. Ahora, luego de una trilogía que dejó un buen sabor de boca, llega una continuación con otra búsqueda, El Planeta de los Simios: Nuevo Reino.
¿De qué va?
Han pasado varias generaciones tras el reinado de César, en este futuro los simios son la especie dominante que vive en armonía y los humanos han quedado reducidos a vivir en las sombras. Mientras un nuevo y tiránico líder simio construye su imperio, un joven simio emprende un viaje desgarrador que le llevará a cuestionarse todo lo que sabe sobre el pasado y a tomar decisiones que definirán el futuro de simios y humanos por igual.
El planeta de los simios es una franquicia todo terreno. Ha sabido atravesar los inicios de la alta ciencia ficción, con máscaras de primera calidad y Charles Heston gritándole a la estatua de la libertad; luego intentó reflotar con un director de renombre como Tim Burton en comienzos de siglo; para finalmente establecer una trilogía de renombre para nuevas generaciones con el trabajo de Matt Reeves y Rupert Wyatt.
La saga tiene los elementos necesarios para enamorar: permite subirse a una aventura con personajes que se alejan de la humanidad, para terminar pareciéndose demasiado a nosotros.
El camino que cada uno de los protagonistas atravesó (a diferencia de la película de Burton, donde la focalización era sobre todo humana) permitió discutir sobre lo que nos hace humanos.
Luego de El Planeta de los Simios: La Guerra, en 2017, todo podría haber terminado allí. Y por eso no sorprende que Wes Ball haya tenido reparos a la hora de dirigir el proyecto. Pero supo capitalizar su aprendizaje en la franqucia de The Maze Runner y revitalizar con su propia visión.
El Planeta de los Simios: Nuevo Reino es una muy buena puerta de entrada para nuevos fanáticos. Se encuentra fuertemente ligada a la trilogía anterior, pero no se pierde en su propio laberinto intentando volver atrás. Si la saga que pergeñaron Matt Reeves y Rupert Wyatt fuese el Antiguo Testamento, éste es el Nuevo.
El mundo pertenece por completo a los simios. Y eso se muestra con imágenes que recuerdan mucho a The Last of Us o la ya nombrada Maze Runner: al no incidir la mano humana, la naturaleza encontró su camino. Esta secuencia inicial en una ciudad destruida ayuda a setear el tono general.
Noa (Owen Teague) es el protagonista, y para evitar intentar llenar las botas de César, su orígen y personalidad parecen remontarse a otra vida. Forma parte de un clan de entrenadores de aves que viven en paz con el entorno.
Pero eso va a cambiar.
Próximus César (Kevin Durand), un simio con conocimiento del pasado, es el villano de esta iteración. Apalancándose en la figura de César, y pervirtiendo sus enseñanzas, se encarga de esclavizar simios para abrir una bóveda inquebrantable.
Pregona el «simios más poderosos juntos» pero olvida el «simio no mata simio», lo que lo convierte en una gran analogía en épocas de post-verdad y discursos alterados.
César, a pesar de las generaciones, sigue estando en el centro de todo como una figura bíblica.
En el medio de todo eso aparece Nova/Mae (Freya Allan), una humana con un secreto que va a cambiar la cosmovisión del protagonista.
El Planeta de los Simios: Nuevo Reino se despega un poco del tono bélico de la trilogía anterior, y se dedica más a explotar el lado aventurero de la franquicia. Además, comienza a tejer conexiones con la saga original de los sesenta.
Los efectos visuales, los escenarios y la integración con los personajes humanos es de altísima calidad, ya no parecen habitar dos espacios diferenciados. Además, augura un enfrentamiento a futuro en una construcción previa que anticipa grandes momentos.
El Planeta de los Simios: Nuevo Reino es una aventura cargada de acción, enseñanzas filosóficas, y algunas sorpresas. Pero también es un alegato sobre como a pesar de que pase el tiempo, la humanidad sigue eligiendo el camino de la violencia, eso que nos hace humanos.
0 comentarios