Guasón 2: Folie à Deux – La anti secuela

por | 04-10-2024 | Cine, Reseñas | 0 Comentarios

Todd Phillips ¿lo hizo de nuevo?

“Vivimos en una sociedad” dictaba el meme que lo cambió todo en 2019. Joaquin Phoenix se revelaba al mundo con una versión del villano más conocido del mundo con una tónica más cercana a Taxi Driver que al Batman de Gotham City. El éxito apareció, y con él una secuela: Guasón 2: Folie à Deux. ¿Qué podemos esperar?

¿De qué va?

Guasón 2: Folie À Deux encuentra a Arthur Fleck institucionalizado en Arkham esperando juicio por sus crímenes como Guasón. Mientras lucha con su doble identidad, Arthur no sólo tropieza con el verdadero amor, sino que también encuentra la música que siempre ha estado dentro de él.

Hay mil millones de razones (y dólares) para la existencia de esta secuela. La primera parte fue un éxito que nadie vio venir; mientras se extinguía el Snyderverse con el Joker de Jared Leto y aparecía Robert Pattinson como un nuevo Batman (con su correspondiente contraparte interpretada por Barry Kehogan), apareció Joaquin Phoenix bailando en una escalera. Y todo cambió.

Todd Phillips venía del mundo de la comedia, había convertido a una película sobre tres tristes protagonistas en una franquicia millonaria con The Hangover. Cuando su nombre apareció, nadie entendía por donde iría el tono.

Y fue a contramarcha. Se dedicó a contar un drama sobre una persona con trastornos psicológicos que es abandonado por el Estado, y enloquece al punto de asesinar a varias personas. Por esto, la sociedad lo recompensa con fama y reconocimiento.

La secuela, entonces, era mandatoria. ¿Cuál era el siguiente paso natural? Un musical. Porque Todd sabe qué quiere contar.

Guasón 2: Folie à Deux no sigue los lineamientos clásicos NI del cine de superhéroes (más batallas, más cameos, más vfxs) NI del cine en general (más grande, más presupuesto, más bacon&cheddar). Se mantiene en el escozor sufriente de una persona con problemas psiquiátricos.

Es una secuela directa. Lo vemos cargando las consecuencias de su último encuentro con Murray Franklin (Robert de Niro) y la vida como un reo en una cárcel (un proto Arkham) bastante oscura. Con drogas que le apagan el cerebro, transita como un zombie por una vida que ya no quiere atravesar.

Mientras la primera parte apuntaba a Taxi Driver, ésta parece arrancar más parecido a One Flew Over the Cuckoo’s Nest (Atrapado sin salida, 1975) donde el protagonista era el otrora Joker, Jack Nicholson.

¿Y qué tiene que ver el musical?

¿Vieron cuando estamos por la calle y nos colocamos los auriculares con música a un alto volúmen y dejamos de percibir lo que sucede alrededor? Puede estar habiendo un incendio, un robo, una corrida… nosotros seguimos en nuestro propio mundo colorido a través del ritmo y las melodías.

Ese es el escape de Arthur Fleck. Más que números musicales alla La La Land vamos a ver a un personaje torturado queriendo escapar de su realidad a través del sonido. Y lo acompaña el agregado de esta secuela, la mismísima Lady Gaga.

Ella interpreta una version de Harley Quinzel que busca disminuir a Arthur Fleck para que florezca el Joker.

Entonces ¿es una historia de amor?. Algo así.

Es otra muestra de la patética forma de existir de Arthur. Un personaje que se encontró con la fama de manera sorpresiva y poco justificada, un discapacitado emocional que se esconde detrás del maquillaje para no enfrentarse a su propio reflejo.

Y hacia el final eso se hace más evidente. Ahora, ¿es comiquera? No. Tiene algunos “cameos”, pero no buscan sorprender desde ese lugar. Y su guión es algo arbitrario, amparándose en primeras veces (un primer juicio televisado, una primera aparición de un personaje mediático, un primer caso de este tipo).

No es la típica secuela. Es una suerte de experiencia triste y patética que profundiza sobre el personaje de Fleck y como la sociedad (y nosotros) lo convirtió en algo que nunca fue. Una jugada peligrosa de su director, que ya se retiró del mundo comiquero en el cine de la manera más extraña: siendo el primer anarquista del subgénero.

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Elian Aguilar
Escritor, cineasta, fanático de los comics, las peliculas y las series. Geek desde temprana edad, cuando descubrí que los kryptonianos podían morir y que existía la alegría a 24 fotogramas por segundo. Coleccionista acérrimo que no mide el espacio de sus colecciones. La revista Cine Fantástico y Bizarro me hace feliz y el Festival de Cine de Género Buenos Aires Rojo Sangre es mi lugar en el mundo.

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