Liam Neeson terminó constituyéndose en un género en sí mismo. De ser de esos actores que siempre caen bien en las películas (del mismo club de Tom Hanks o Julia Roberts, por ejemplo), pasó a convertirse en el actor veterano que patea culos y que siempre tiene pérdidas familiares… desde esa fatídica vez en 2008 que secuestran a su hija en Taken. A partir de ese momento (y luego de ser el tutor de Batman, la voz del Leon de Narnia, el Maestro Jedi de Obi Wan Kenobi, o Zeus), Liam comenzó a hacer películas de Liam en lugares enfrentando a malevos que se meten con sus allegados: Liam en un avión, en Europa, en un tren, en la nieve, contra lobos… y cada una de ellas logró emocionarnos y gritar cada vez que usaba los puños como lenguaje.
Y este jueves se estrena la nueva de Liam, donde, por suerte (ya que el cine aún da sorpresas), el género Neeson presenta una nueva veta, un nuevo estilo… una vuelta de tuerca.
Venganza (Cold Porsuit en su título original) tiene todos los condimentos: nuestro protagonista vive en una ciudad helada, y es el héroe local por encargarse de abrir el paso con su camión a los diferentes vehículos que buscan atravesar la ruta. Su hijo es asesinado por estar en el lugar incorrecto, y cómo nadie parece creerle decide tomar venganza por mano propia. ¿La diferencia? La película es europea, y trae consigo condimentos que las versiones yanquis no ostentaban.
Primero, lo primero… como todo elemento del post-modernismo, la película es una remake. La original se llama Kraftidioten (In orden of Disappearance en su traducción al inglés) y está protagonizada por Stellan Skarsgård (otro vejete que patea culos) y Bruno Ganz. Hans Petter Moland (director, Noruego) dirige ambas películas, la original y su remake.
La escalada de violencia en la que arremete Nels Coxman (así se llama el personaje de Liam) termina detonando una guerra entre traficantes de drogas, la vuelta a un pasado familiar mafioso, y una relación tensa con su mujer al no poder enfrentar la pérdida de su hijo. Y uno de los elementos más importantes que esta película maneja a la perfección: el humor negro. La constante utilización de la comedia para condimentar momentos violentos, patéticos o sangrientos es una briza de aire fresco que se agradece en este tipo de films.
Además de nuestro protagonista brillan Laura Dern (como la mujer de Nels), Tom Bateman (como uno de los villanos), Domenick Lombardozzi (como uno de los lacayos del villano, y una gema como personaje), Tom Jackson (como otro de los villanos), William Forsythe (como Wingman, hermano de Nels) más John Doman y Emmy Rossum como los policías del pueblo que se encuentran en el medio de una guerra de carteles y un vigilante buscando al asesino de su hijo.
Acción, grandes personajes, humor, sangre, y un guión que va escalando y nos va envolviendo mientras nos entregamos a un relato que siempre sorprende.
Lo queremos mucho a Liam, pero más si sigue evolucionando.
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