Solo se trata de vivir
Sin dudas, la película del escándalo en este 2022… ¿por sus actuaciones? ¿su historia? ¿reivindicaciones políticas o sociales? No, sólo porque fue dirigida por una mujer y eso habilita que se haga todo un Intrusos en el espectáculo detrás, que poco habla de la película en sí. Entonces, detrás del humo: ¿está bien No te preocupes cariño?
¿De qué va?
Alice (Pugh) y Jack (Styles) son una pareja afortunada de vivir en la comunidad idealizada de Victory, una población experimental de una compañía en donde habitan los hombres, con sus familias, que trabajan en un proyecto ultrasecreto. El optimismo social de los años 50 fomentado por su CEO, Frank (Pine) —un empresario visionario y coach de vida motivacional— es el ancla de cada aspecto de la cotidianidad en la utopía en el desierto, formada por una comunidad estrechamente unida. La vida es perfecta y la compañía cubre con todas y cada una de las necesidades de los residentes. Lo único que pide a cambio es discreción y compromiso incuestionable a la causa Victory.
No te preocupes cariño terminó siendo reconocida no tanto como la segunda película como directora de Olivia Wilde (que venía de esa maravilla llamada Booksmart en 2019), ni otro protagónico de la estrella ascendente Florence Pugh, o por el asentamiento en las grandes ligas del multifacético Harry Styles… no, se volvió viral por amoríos, peleas, y un escupitajo que quedará para siempre como ejemplo del efecto Mandela.
Pero detrás de todo eso (que repito, no importaría nada si fuese un hombre el que dirigía) es otro gran peldaño en la escalera de Wilde como directora, logrando una extrañeza y atención basada en un gran trabajo de arte (de lo mejor de la película), actuaciones efectivas y el mantenimiento de un misterio que se cae bastante para el tercer acto, pero que durante más de la mitad de la cinta funciona de maravillas.
Estamos frente a una suerte de episodio doble de La dimensión desconocida, en donde desde el principio hay algo que no está bien. Sí, Alice y Jack se re aman y tienen sexo a lo loco a cada rato. Parecen no preocuparse por nada, salvo no preguntar que pasa más allá de los límites marcados.
Como si viviesen en una suerte de casa de muñecas, la realidad comienza a resquebrajar lo que daban por hecho y las preguntas y las dudas florecen hasta volverse fatales.
Pugh lleva el protagonismo con el brillo que la caracteriza. Cuando juega a la sensualidad es un fuego, cuando tiene miedo da ganas de abrazarla, y cuando se enfrenta a lo imposible parece llevarse el mundo por delante. Sus modos y maneras para adaptarse a esta distopía de los 50´s yanquis le quedan pintados.
Pero en ese barrio de silencios cómplices e ignorancias necesarias viven varias familias que demuestran lo frágil y entregada que es la humanidad ante un poder que los puede controlar dándoles lo que necesitan. Estamos frente al esquema de contención que tan bien explicitó el escritor británico Aldous Huxley en Brave New World, ese libro distópico pero cada vez más real. Con drogas, comida y sexo no es necesario nada más.
En el medio de todo esto, un jefe que es más un controlador de estas nuevas religiones new age, interpretado por Chris Pine, que a través de las promesas con las palabras justas, y el control farmacológico de un doctor a su disposición (con muchas reminiscencias a Mengele), mantiene activa a la comunidad a base de discursos motivacionales que harían acabarse encima a Durán Barba.
Y en el medio lo más importante, lo único que nos queda: la verdad. ¿Se puede sostener algo a través de mucho tiempo si sus cimientos son la mentira? ¿Se le puede mentir a todos todo el tiempo? ¿Cuál es el secreto de Victory?
Mientras el enfrentamiento entre el líder motivacional y la esposa cansada crece, las capas de cebolla que encierran lo no dicho comienzan a mostrar su verdadero rostro.
No te preocupes cariño tiene varios niveles de lectura, y se posiciona fuertemente en conversaciones que se mantienen más frescas que nunca; lo que también explica lo que sucedió alrededor de la película.
Sin olvidar volver a mencionar que su tercer acto se siente desinflado producto de toda la expectativa generada en sus dos actos anteriores, el segundo opus de Olivia Wilde tiene elementos y secuencias que auguran una gran carrera como directora. Aunque no le perdonamos que haya abandona a Ted Lasso.
Si te gustan las distopías, el misterio, la ciencia ficción, los cultos y la cultura yanqui de los 50´s, ésta sin dudas es la película para vos.
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