Keanu Reeves modo asesino total
Muchxs dicen que las segundas partes nunca son mejores que las primeras, el rumor se concreta casi completamente en una tercera… ¿pero las cuartas partes? John Wick 4 viene a mostrar cómo manteniendo el equipo sin alterar, se puede seguir innovando y mejorando en un universo a puro tiro y cosha golda.
¿De qué va?
John Wick (Keanu Reeves) descubre un camino para derrotar a La Mesa. Pero antes de poder ganar su libertad, Wick deberá enfrentarse a un nuevo enemigo con poderosas alianzas en todo el mundo; y contra las fuerzas que convierten a viejos amigos en enemigos.
El mundo del entretenimiento actual ama las sagas, cuantas más películas se puedan realizar con la posibilidad de tener a un público cautivo y de esa manera tener un piso de recaudación asegurado es el sueño húmedo de todos los productores ejecutivos en occidente. Esto termina perjudicando a las obras, porque se repiten y evitan desviarse del camino para poder seguir existiendo. ¿Pero qué pasaría si quienes realizan la película realmente amaran lo que hacen? Bueno, así se siente esta nueva parte del mundo del asesino amante de los cánidos.
Keanu Reeves está angelado, no le entra una bala como si llevara el mejor kevlar. El mundo del entretenimiento está rendido a sus pies y él sigue entregando todo de sí. Con 58 (CINCUENTA Y OCHO) años sigue trabajando lo físico con rigor y mejorando los stunts película a película.
El director Chad Stahelski (que viene del mundo de los dobles de riesgo y luego de la primera John Wick se posicionó como director) lo acompaña con soltura, creciendo cinematográficamente película a película y rodeándolo de un grupo de acompañantes que suben la vara. Como los casos de Donnie Yen (leyenda oriental), Bill Skarsgård (ex payaso asesino), Laurence Fishburne, Hiroyuki Sanada, Shamier Anderson, Rina Sawayama, Scott Adkins, Ian McShane, Marko Zaror, Natalia Tena y el recientemente fallecido Lance Reddick. Todos y cada uno de los personajes tienen su momento y se destacan.
La cuarta parte es la resurrección, luego que al final de la película anterior John fue ¿traicionado? por el dueño del Continental New York y rescatado por el dueño de las sombras de la gran ciudad… y el Baba Yaga se transforma en Fénix y va por todo.
¿Qué esperar? Innovación en el arte de la acción con diferentes elementos, armamento, situaciones, ambientes y climas. En el camino de venganza y redención se recorren países y estéticas diferentes que realzan las escenas de acción que ya de por sí son increíbles. ¿Tenes ganas de ver una secuencia de más de cinco minutos en el Arco del Triunfo con John manejando un auto sin puertas siendo atacado por más de 20 personas? Bueno… tome buen hombre.
El carisma de Keanu es innegable, pero el acompañamiento… lo de Donnie Yen es maravilloso. Su personaje es complejo, carismático y humano. Es la contraparte perfecta del protagonista, y desarrolla la tragedia al máximo al ser amigos. Pero el que mueve los hilos es el recién ingresado Bill Skarsgård que le impone un halo de capricho de alta alcurnia a su control absoluto sobre las decisiones de la High Table y su búsqueda por volver al orden.
Algunos elementos se sienten un poco de sobra: como el del Buscador Shamier Anderson que parece estar para solucionar los problemas cuando es necesario y de tener un perro para nunca olvidar lo importante de estos cuatropatas en el universo de asesinos. Sacarlo de la ecuación o haber traído nuevamente a Halle Berry hubiese sido lo mismo a nivel resultados.
John Wick 4 consigue dos hitos: consolidarse aún más a pesar de tener un bagaje de películas detrás (similar a lo que sucedió con Rápidos y Furiosos en su momento) pero además conseguir la imposible alquimia de mantenerte casi tres horas al borde de la tensión constante con la historia de un hombre buscando su libertad a través de piña-patada-y-armas.
Porque cada elemento está cuidado: la fotografía es barroca pero precisa, imita a los lugares que atraviesa pero le da una vuelta en colores que sorprende y la imprime tridimensionalidad al espacio; las escenas de pelea son espectaculares, manejando varias técnicas y armamentos pero sin cortar demasiado dejando ver el trabajo de los artistas… y algunos chistes físicos al estilo de Buster Keaton que redondean un producto de esos que no se ven tanto: un tanque con corazón y buen hacer audiovisual.
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