Pongamos quinta, que el resto no importa nada

Dominic Toretto (Vin Diesel) y su (ya vasta) familia vuelven al ruedo en una décima aventura de la franquicia principal de los superhéroes que comenzaron siendo ladrones de autopartes. Con una cantidad de participaciones estelares, y un nuevo villano encantador Rápidos y Furiosos X (¿primera parte?) fluye como neumáticos en ruta nueva.

¿De qué va?

A lo largo de muchas misiones y contra imposibles adversidades, Dom Toretto y su familia han sido más astutos, más motivados y más rápidos y determinados que todos los enemigos que se han cruzado en su camino. Ahora confrontan al oponente más letal al que jamás se han enfrentado: una aterradora amenaza que emerge de las sombras del pasado alimentada por la venganza de sangre, y que está decidida a destrozar esta familia y destruir todo aquello —y a todos— a los que Dom ama, para siempre.

Ya a estas alturas una de las franquicias más rentables e imaginativas, Rápidos y Furiosos combatió no sólo por todo el mundo sino contra sus propios pruritos. Habiendo establecido en su anterior volumen que nada más importa y que el verosímil superheroíco ya está blanqueado… sólo queda subir en locura. Y vaya si lo hacen.

La décima sinfonía se compone de ruidos de motores, llantas chirriando en el asfalto, golpes de metal y mucha bomba. Es como una gran secuencia de acción encadenada por momentos donde se pondera lo importante que es la familia, y aparecen y desaparecen (como si fuese una sitcom) caras reconocidas del mundo del espectáculo que van desde Helen Mirren a John Cena. Así mientras atestiguamos un intento por destruir el Vaticano (¡con Francisco no te metas, Aquaman!) y luego vamos a Brasil, pasamos por la Antártida y por suerte no terminamos (como la anterior) en el espacio.

Vuelvo a repetir, todo puede pasar. Las leyes de la física no aplican, pero sí las reglas de su verosímil: si alguien está cayendo de un barranco a 120 mts de altura y está adentro de algún tipo de vehículo nada le va a suceder. Los automóviles (y sus derivados) son una suerte de escudo impasible que permite sobrevivir a cualquier cosa.

Eso sí, los dos grandes estamentos de su ADN particular se mantienen: hay carreras de autos y hay música del tipo urbano. Acá con la novedad que nuestra María Becerra pone su voz para uno de los temas.

¿Y las caras nuevas? Mientras que Kurt Russell desaparece como Nick Fury en las del MCU, no sólo se agregan nuevas personas frente a cámara. Justin Lin se retira (parece que se peleó -SORPRESA- fiero con Vin) y toma el lugar Louis Leterrier (The Incredible Hulk, The Transporter, Now you see me), a nivel imagen no hay muchas diferencias, exceptuando algunas cuestiones de ritmo.

Brie Larson se suma como la hija de Mr. Nobody y Jason Momoa como Dante, el hijo del villano brasilero de la quinta parte de la saga. Hay un par de adiciones más y toooodas tienen una relación con el árbol genealógico original.

¿Y quienes vuelven? Bueno… todos. La vida y la muerte ya no son una limitante narrativa; así cómo en los comics, pasa en la vida. Y les aconsejaría que no se vayan al final porque hay algunas sorpresas.

El diferencial sin dudas lo da el villano. Momoa le imprime un carisma gigantesco a su Dante, tanto que parece que a Vin Diesel no le cayó tan bien (¡SORPRESA!). La relación con los eventos de la quinta (y para quien suscribe, mejor) parte de la saga ayudan a darle un volúmen que lo pone al mismo nivel que la familia protagonista. Incluso, hay momentos que queres que triunfe el mal.

Michelle Rodriguez y Charlize Theron tienen su momento y casi parece que forman parte de una película aparte. Al igual que Jason Statham, que aparece para lucirse y desaparecer con la promesa de volver.

A esta saga se la denosta bastante. Porque es pochoclo en su punto más extremo, porque no respeta «la realidad» (¿quien sos? ¿C5N?) o porque no tiene sentido que los villanos de cada película se vuelven compañeros en las siguientes. A esa gente: 1. El cine es entretenimiento, y si hay once películas de esta franquicia es que algo debe funcionar; 2. ¿Nunca entran con ganas de maravillarse al cine y abstraerse de la realidad aunque sea un rato sin ser traicionados por lo que van a ver?; y 3. ¿ES QUE NADIE VIO DRAGON BALL? Obvio que los villanos se reforman e ingresan al grupo, es la manera de mantener viva la llama de la competencia.

Rápidos y Furiosos X es sólo lo que promete, pero con más bacon y cheddar. Es acción trepidante, stunts sin sentido, y un grupo de gente queriendo vencer el mal sin saber demasiado porqué… como todos los grandes héroes.