El sueño húmedo de varios, es una realidad
El show debe continuar, y no importa que James Howlett haya fallecido en Logan (2017). Ahora que en el MCU existe el multiverso -y Disney compró Fox– es momento de darle rentabilidad a esa decisión. ¿Y qué mejor que traer a Ryan Reynolds que ama a su personaje? ¿Y si sumamos a Hugh Jackman? Esto es Deadpool & Wolverine.
¿De qué va?
Lobezno se recupera de sus heridas cuando se cruza con el bocazas, Deadpool, que ha viajado en el tiempo para curarlo con la esperanza de hacerse amigos y formar un equipo para acabar con un enemigo común.
Primero: esta reseña no tiene spoilers.
Aunque es difícil escindirse de ellos, por la propia lógica del relato.
Deadpool & Wolverine es una juntada con ex-estudiantes graduados, una excusa para expulsar el temor a ser olvidados en un cúmulo de referencias donde siempre se pone el foco en lo lúdico.
Ryan Reynolds no actúa de Wade Wilson, el ES Deadpool. Ama al personaje -que se parece peligrosamente a su identidad civil- y cargó con lo bueno y lo malo para llevarlo a la pantalla grande. Pone la cara, pero también su firma en la producción y guion.
Hugh Jackman encarnó el personaje de Wolverine más que cualquier actor a (por ejemplo) James Bond. Pero nada se siente más cercano a la perfecta síntesis del canadiense malhumorado que esta iteración.
La excusa argumental es una situación multiversal que pone en peligro al universo de Deadpool. Al no existir más un Wolverine, el mercenario bocazas debe primero buscar a Logan por otros universos. A cualquier Logan.
El James Howlett que aparece es huraño, malhumorado, violento y depresivo. El perfecto yang para el rojizo ying de Wade Wilson. La dinámica de ellos dos, anclada en las buddie movies (subgénero donde dos personajes extremadamente diferentes deben trabajar juntos), es lo que le da la carnadura al relato.
Todo se convierte en un camino de A hacia B, donde lo que importa es lo anecdótico. Las motivaciones no son poderosas, las razones se sienten antojadizas, porque lo realmente central es lo que Deadpool & Wolverine buscan GENERAR.
Estamos frente a un melancólico pedido de atención, a personajes que piden a gritos «no me olvides» a contramarcha de la maquinaria productivista y capitalista.
No extraña que en el trailer aparezca la TVA (Autoridad de Variación Temporal) de Loki, que usa como herramienta una «podadora» que te hace desaparecer en el Olvido. Este lugar será importante en la historia.
Hay villanos, si. Pero son otra excusa.
El mayor reto viene de la mano de Cassandra Nova Xavier, hermana del director de la School for Gifted Youngsters (conocido como Charles Xavier). La interpretación de Emma Corrin suma lo suficiente para que sus escenas nos hagan quitar la vista de Reynolds y Jackman.
Dentro del vasto mundo del MCU, las decisiones hacen sentido para hilvanar diferentes universos. Los cameos son infinitos y demuestran la camaradería y buenas vibras del proyecto. Y en el medio de todo eso el corazón de sus protagonistas, de lo que atravesaron sus personajes y también de la pasión por este proyecto.
No va a ser la película que cambie para siempre el MCU, no lo necesita. Deadpool & Wolverine es un mimo a Fox y su historia con los superhéroes, es un homenaje a quienes implantaron la semilla del subgénero, es una chance de reirse y criticar al sistema, pero con la densidad justa para no herirlo.
Definitivamente, una gran película sobre héroes.
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