Lo primero es la familia

La tríada superheroíca que arrancó con Thunderbolts, siguió con Superman y ahora presenta Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos, confirma la revitalización de un subgénero que estaba de capacaída. Ciencia ficción, monstruos gigantes, y la familia como centro de todo, en la nueva apuesta de Marvel Studios.

¿De qué va?

Reed Richards / Sr. Fantástico (Pedro Pascal), Sue Storm / Mujer Invisible (Vanessa Kirby), Johnny Storm / La Antorcha Humana (Joseph Quinn) y Ben Grimm / La Mole (Ebon Moss-Bachrach) mientras enfrentan su más grande desafío hasta el momento. Obligados a equilibrar sus roles de héroes con la fuerza de su vínculo familiar, deben defender la Tierra de un voraz dios del espacio llamado Galactus (Ralph Ineson) y su enigmática Heralda, Silver Surfer (Julia Garner). Y si el plan de Galactus de devorar todo el planeta y consigo a todos sus habitantes no fuera suficiente, las cosas pueden complicarse aún más.

Las apuestas estaban a la orden del día: la suerte de Los 4 Fantásticos en cine nunca fue completa, el MCU repetía fórmulas y la atención en salas decaía. Pero vino Pedro Pascal y llenó de hype la narrativa. El estreno de la primera familia es el escalón antes de Avengers: Doomsday, ¿está a la altura?

El primer punto a considerar: estamos ante la primera película del Marvel Cinematic Universe (MCU) que se desarrolla única y completamente en un universo diferente al que conocemos. Hubo cruces a otros, como en Doctor Strange in the Multiverse of Madness o The Marvels, pero nunca habíamos tenido narrativas stand alone de estas características.

Esto permitió hacer tabula rasa de lo conocido y ayudar a meternos de lleno en esta historia familiar, que se preocupa poco por contar una historia de origen, y más por maravillar y sorprender. Finalmente, Marvel Studios entendió que lo importante no está en vender próximas películas o héroes que vendrán.

Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos es una divertida película de ciencia ficción y aventuras; y como sucedió con Superman, no pierde el tiempo construyendo un verosímil que se sienta REAL, abraza lo lúdico y crea un contrato tácito donde nos apegamos a ese juego y creemos todo lo que nos relata.

El fuerte está en su reparto: Pedro Pascal (Reed Richards/Sr. Fantástico), Vanessa Kirby (Sue Storm/Mujer Invisible), Joseph Quinn (Johnny Storm/La Antorcha Humana) y Ebon Moss-Bachrach (Ben Grimm/La Mole) están frente a la cámara durante toda la película. La columna vertebral es un protagonismo coral que se auto regula y ecualiza, para que todos brillen.

Contra todo pronóstico quien menos brilla es Pedro Pascal, ya que su personaje no abraza ninguna de las facetas marcadas de Reed Richards en los cómics: no es tan inteligente, ni tan cínico, ni tan desapegado, ni tan mental. Su natural empatía y angelidad, choca con lo constitutivo del protagonista. Pedro no puede dejar de ser tan Pedro.

Hay un robot gracioso que funciona como factor cute (difícil para vender muñecos), y dos «villanos» que se convierten en el peligro / conflicto de la historia: Ralph Ineson como Galactus, y Julia Garner como Silver Surfer. El peligro del gigante violeta alinea esta película a Eternals, ¿sirve tener antagonistas tan poderosos en una primera instancia?

La estética retro-futurista, los props, los vestuarios, el tono de las actuaciones… todo funciona perfecto con la búsqueda, algo que su director Matt Shakman entiende bien, tras su paso por WandaVision. Llama la atención su carrera, desarrollada casi exclusivamente en televisión. Acá ofrece un espectáculo más-grande-que-la-vida, que en el tercer acto no da respiro.

Sabiendo que el regreso de Robert Downey Jr como Victor Von Doom es el vértice en el que se va a apoyar todo el plan del MCU en el corto plazo, y que en este universo existe Latveria (el país del villano), todo hace pensar que desde acá todo se va a derramar. Pero lo bueno es que no importa tanto.

Porque Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos es una aventura auto-contenida divertida, sorprendente y algo naive, con un reparto multicoral que cumple y más, con efectos visuales correctos (salvo el bebé… ¿qué pasa con usar bebés digitales siempre?), y un espíritu de aventura y ciencia ficción que se parece mucho a nuestras tardes frente al televisor tomando la chocolatada.

Un paso en concreto, dentro de un plan grande que no le salió bien a Marvel, pero que parece haber acomodado para darnos un cierre de fase a toda espectacularidad, una botella lanzada al espacio de esperanza, un futuro promisorio y fantástico.