Tron: Ares – La virtualidad ya no es lo que era

por | 09-10-2025 | Cine, Reseñas | 0 Comentarios

La tercera es la vencida

Es una de las sagas que más nostalgia genera, cuando los efectos visuales no eran efectivos ni se veían bien. Hoy llega a una tercera parte, luego de una secuela que fue un fracaso comercial. ¿Por qué es que existe Tron: Ares entonces?

¿De qué va?

En TRON: ARES, un sofisticado Programa digital, Ares (Jared Leto), es enviado al mundo real a llevar a cabo una peligrosa misión, marcando el primer encuentro cara a cara de la humanidad con la inteligencia artificial. Encuentra una aliada inesperada en la brillante tecnóloga, programadora y actual CEO de ENCOM, Eve Kim (Greta Lee), que está intentando descubrir un código de importancia crucial escrito por Kevin Flynn (Jeff Bridges).

¿Cómo fue que una película ochentosa que emulaba la moda de los videojuegos de escasa calidad gráfica en ese momento se convirtió en un ícono nostálgico que aún sigue vivo? Algunas preguntas son difíciles de responder, pero acá estamos 43 años después en el estreno de Tron: Ares.

La saga, nacida como espejo de un cambio coyuntural en los consumos culturales (por ejemplo War Games, se estrenó un año después), fue pionera en el uso de VFXs, forjando un universo de bits con escasa calidad pero -evidentemente- potente potencialidad.

En 2010 se estrenó Tron: Legacy, el regreso a la franquicia -ya bajo el paragüas de Disney- reconvertida a la conversación epocal: los videojuegos como herramienta de construcción de tecnología para otros fines más espurios. La idea, que potenciaba la guerra corporativista y traía un muy dudoso Jeff Bridges joven con CGI (un año antes de lo logrado con Cesar en la saga de Planet of the apes) fue un fracaso comercial.

15 años después nos encontramos con la nueva iteración de una saga que no parece dispuesta a rendirse. En este caso, en lugar de ir hacia la virtualidad, ella avanza hacia lo corporal aprovechando las herramientas de impresión 3D. La IA generada a partir del primer juego Tron engendró a «programas» (al estilo The Matrix) con capacidad de aprendizaje y letales. Pero que sólo viven 29 minutos.

La compañía que Kevin Flynn (Jeff Bridges) forjó se convirtió en el gigante ENCOM, y en ese primer gérmen parece estar la solución a esta vida útil reducida de la tecnología para crear vida. Mientras Julian Dillinger (Evan Peters) lo quiere para la guerra, Eve Kim (Greta Lee) lo busca para otros fines. Cual si fuese Terminator, Ares (Jared Leto) sale del mundo virtual primero para asesinar a la joven idealista, pero en el medio va a aprender sobre empatía.

La tercera parte de alguna manera «limpia» lo sucedido en la secuela, pudiéndose ver por separado. No obstante, se disfruta más si se conoce todo el universo. El personaje de Ares es genérico, Leto parece haber perdido su ángel hace mucho tiempo, y los proyectos elegidos desde su Joker en Suicide Squad dejan mucho que desear.

Lee aguanta el protagónico, pero nunca se pone al frente de la película; algo que sí intenta Peters, pero que se ve cercado por un villano modular y genérico que nunca construye un arco narrativo interesante. Peor a sabiendas que el papel de su madre es interpretado por Gillian Anderson, que atraviesa todo el metraje con absoluta instrascendencia.

La aparición de Bridges, adelantada por la comunicación oficial mucho tiempo antes del estreno, le aporta la gota de melancolía necesaria para condensar la franquicia, pero termina demostrando la falta de un protagonista carismático. Su breve tiempo en pantalla la hace vibrar más que el resto del metraje.

El uso de la banda de sonido de Nine Inch Nails (NIN) le imprime una cuota de «noventosidad» que la equipara aún más con The Matrix, sin embargo si no sos fan de la banda vas a sentir que la banda de sonido carece de matices y niveles, haciendo que todo parezca un viernes a la noche en el boliche Requiem. Todo el tiempo.

Tron Ares es un producto de nuestra época, bien realizado (los vfxs son de mucha calidad), pero no cuenta nada. Ya estrenada queda antigüa, a pesar de haber sido un faro de lo-que-estaba-por-venir en conceptos e ideología. Es un entretenimiento correcto pero intrascendente, que ofrece un buen espectáculo de luces y colores y no mucho más. Un falso aliado en tiempos de guerra contra la IA.

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Elian Aguilar
Escritor, cineasta, fanático de los comics, las peliculas y las series. Geek desde temprana edad, cuando descubrí que los kryptonianos podían morir y que existía la alegría a 24 fotogramas por segundo. Coleccionista acérrimo que no mide el espacio de sus colecciones. La revista Cine Fantástico y Bizarro me hace feliz y el Festival de Cine de Género Buenos Aires Rojo Sangre es mi lugar en el mundo.

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