El primer largometraje de Cristian Ponce (luego de su paso en Historias Breves y en Netflix con La Frecuencia Kirlian) presenta dos grandes problemas a la hora de abordarlo: es casi imposible contar de qué va sin arruinarle a alguna sorpresa a quien va a entrar en ese universo, y además: requiere un observador atento, activo, presente. Ergo, si vas a enfrentar Historia de lo Oculto (que está en la sección de Competencia Argentina) deberías: ir sin saber demasiado sobre que se trata y dejando de lado el celular y las historias de Instagram para entrar de lleno.
¿De qué va? Es la última emisión de «60 Minutos Antes de la Medianoche», el programa periodístico más visto de la televisión. La estrella de la noche es Adrián Marcato, quien podría exponer una conspiración y vincular al gobierno con un aquelarre. Al mismo tiempo, un grupo de periodistas correrá contrarreloj para localizar un artículo que permitiría la confesión de Marcato al aire. Se valdrán de su oficio, pero también de métodos mucho menos habituales.
¿Entonces es una película sobre periodismo? Pues claro, con sus claras reminiscencias a Todos los hombres del Presidente (1976), HDLO (a partir de ahora usaré el acrónimo) es una clase sobre cómo hacer periodismo, como tener A y C pero que te falte B y cómo encontrar ese camino, esa historia. En tiempos donde un odiador serial se pone los domingos en la televisión abierta a explicarte «la realidad» con muñequitos, la película de Ponce termina siendo una carta de amor a un trabajo denostado y reformulado a la fuerza en tiempos de internet a base de fake news. Centrando su fuerza en esto, adquiere una voz de denuncia y a la vez compromiso con la realidad y la actualidad.
Pero la historia no atraviesa la actualidad, vive en una especie de 80´s ucrónicos en donde ATC no es LS82 ni es Canal 7, donde las Malvinas son Argentinas, y los teléfonos de Entel aún tienen problemas de señal. Tan antiguo, que la vida es en blanco y negro (quien haya visto la película entenderá…) y los valores son diferentes.
HDLO también es un thriller político, en donde un grupo de héroes y heroínas de la información real viven escondidos y amedrentados al intentar llevar luz a una conspiración en las altas esferas del poder político. Un poder político que podría o no estar relacionado con fuerzas de la oscuridad. Con efectivos golpes de guión y diálogos lacónicos que van construyendo una escalera hacia la luz (una luz roja), se van desenredando las hebras de un ovillo que sostiene Adrián Marcato (un genuino Germán Baudino) y que intenta sacar a nuestro héroes del laberinto donde un Minotauro Presidente de la Nación los persigue de cerca.
Además, es una película de género fantástico. Pero logrando mezclar tanto la magia como la ciencia ficción, ¿es un relato fantástico entonces? ¿Es una versión filosófica al estilo de The Matrix (1999)? ¿O es otra cosa? Sin lugar a dudas, HDLO se queda prendida en tu cabeza, y seguramente será caldo de cultivo para futuros estudios y discusiones. Pero lo más increíble, es que los elementos que coquetean con la fantasía podrían o no ser reales, podrían ser parte de una inducción alucinógena, ¿o será que estos procesos terminan abriendo los ojos a otros aspectos de la realidad?
HDLO es también un manifiesto. Su director, fanático confeso de la película de los Expedientes X (Fight the Future, 1998) modifica el planteamiento de esa adaptación de la serie televisiva, en donde los villanos se preguntaban a propósito de Fox Mulder, el héroe de la historia: «¿Creen que es posible que un hombre pueda combatir al futuro?». En su primer largometraje termina discutiendo consigo mismo y llegando a una conclusión oscura y fatídica: «Se acabó el futuro«. En tiempos de posverdad, de fake news, de periodistas sin compromiso, de gente en el poder que busca su crecimiento propio y no el del pueblo, de los buenos siendo acallados… esa frase termina siendo demoledora.
Basada enteramente en el trabajo actoral (donde se destaca también Nadia Lozano como María), con un guión inteligente y preciso como los mecanismos de un reloj, una propuesta estética que escapa del artificio y el «miren que loco lo que puedo hacer», para ser una herramienta a pedido de la historia y un final increíble que demuele y resignifica todo lo visto con anterioridad (y que te requiere un segundo visionado), Historia de lo Oculto demuestra que no es necesario mucho dinero cuando hay ideas. Estaría bueno que el INCAA vea y aprenda de sus errores, que deje de lado la Productocracia, y confíe en nuevas voces.
Y esperemos pronto un especial de navidad con el universo compartido de HDLO, La Frecuencia Kirlian y Ripio, Camionero y Detective.
0 comentarios