Una historia que comienza como cualquier historia de asesinos en la ruta y rápidamente se convierte en una historia de ciencia ficción con aliens y analogías sobre el más allá. Estrenada en la sección Hora Cero: Meander, del director Mathieu Turi.
¿De qué va? Luego que un hombre desconocido la lleve en auto, Lisa se despierta en una suerte de laberinto con un brazalete y una cuenta regresiva en el brazo. Rápidamente comprende que cada 8 minutos, el fuego quema una sección de ese lugar. No tiene más remedio que meterse en secciones seguras para sobrevivir. Para entender porqué está donde está y cómo escapar, Lisa tendrá que enfrentarse a los recuerdos de su hija…
Segunda película del francés Turi, a quien conocimos en 2017 con Hostile, una historia post-apocalíptica donde una chica luchaba por sobrevivir con un monstruo acechándola (personificado por el gran Javier Botet). En Meander volvemos a encontrar una estructura reducida, donde el espacio escapa del CGI y se convierte en un personaje más… uno que antagoniza con nuestro personaje, que también es femenino.
Empieza como una de asesinos seriales, con todos los lugares comunes del caso. Si uno tuviese que adivinar: él la ataca y la veja para ir a una rape & revenge; o ella resulta ser una asesina al estilo Yiya Murano hot y convierte al pobre conductor en su mascota. Pero no, a los diez minutos ya estamos metidos en un juego del gato y el ratón dentro de un laberinto lleno de trampas que remite directamente a Cube (1997). Un espacio claustrofóbico y real que, a través de algunas trampas y luces, se termina convirtiendo en una gran cárcel cínica y ordenada milimétricamente donde no te queda otra que sobrevivir.
Y ahí decís: bueno, es como Saw (2004) y alguien con mucho tiempo libre aprovechó y durmió a la protagonista para que se despierte en este lugar lleno de posibilidades de morir para observarla y saciar sus mas pervertidos deseos de voyeur… y de repente: aliens. Y también hay otra vuelta más, pero esa no se spoilea. Si sos del mundo de la serie Vikings vas a disfrutar con la presencia de Gaia Weiss (Porunn) y de Peter Franzen (el mismísimo King Harald). Una película muy pequeña pero efectiva con un clima agobiante, instinto de supervivencia y seres de otras latitudes en otra buena muestra del cine fantástico galo.
0 comentarios