Un cuento navideño para tiempos modernos
Se estrenó en cines Código: Traje Rojo, una producción de Amazon Prime con Dwayne Johnson y Chris Evans que retoma el concepto de la navidad con un desparpajo de efectos visuales, y apalancado por el carisma de sus protagonistas.
¿De qué va?
Después de que Santa Claus – Nombre en Código: Traje Rojo – es secuestrado, el Jefe de Seguridad del Polo Norte (Dwayne Johnson) debe unirse al cazarrecompensas más infame del mundo (Chris Evans) en una misión repleta de acción alrededor del mundo para salvar la Navidad.
Que aparezca un tanque que no esté basado en ningún cómic es algo que celebrar ya. Pero, ¿Código: Traje Rojo es un buen producto?
La nueva película de MGM Amazon busca reproducir la fórmula de la Coca-Cola con el director Jake Kasdan (que ya trabajó con el protagonista en las nuevas Jumanji) y dos actores súper carismáticos: Dwayne Johnson y Chris Evans.
El primero -algo de capa caída luego de su mal trago en Black Adam-, y el segundo -a la alza luego de su participación en Deadpool & Wolverine-, se retroalimentan de angelitud. Pero no llega a ser suficiente.
Código: Traje Rojo es una efectiva película de Navidad. Tiene todos los elementos para disfrutarla y quedársela viendo un 24 de diciembre a la noche mientras degustamos un vitel toné, pero cae en una de las grandes trampas de la actualidad: es excesivamente larga.
Una película de aventuras para jóvenes no debería durar más que 100 minutos. En este caso, el primer acto es lo mejor de la narrativa, presentando a los dos protagonistas, a Papá Noel (J.K. Simmons), al antagonista y a todo el séquito de secundarios.
La historia, algo arbitraria pero imaginativa, se va desinflando a medida que avanza la trama perdiéndose en su propia actitud de «mirá que espectáculo estoy ofreciendo».
Los conceptos funcionan, mezclando los tropos de la fantasía mitológica en un mundo real donde algunos poderosos lograron remover el velo. La primera secuencia es un claro ejemplo de cómo establecer un verosímil.
Aunque, posicionar a los militares estadounidenses como los buenos que acompañan a Santa Claus es un poco… incoherente.
Los personajes son queribles y los efectos visuales (aunque a veces excesivos al punto de confundir) sitúan las bases de un universo donde todo es posible. Quizás, el exceso de moralina a partir de la mitad del relato sea la razón de que todo se vaya desarmando.
Hacen falta historias sobre la Navidad. En tiempos oscuros y aciagos como el que vivimos, sólo nos queda refugiarnos en esos subterfugios luminosos para creer que todo puede llegar a ser mejor. Código: Traje Rojo puede ser la punta de lanza de una nueva generación de niños que elijan creer en Papa Noel.
Sin embargo, sus 123 minutos terminan conspirando en contra. Y el carisma de sus protagonistas se vuelve algo torpe. Por ejemplo, toda la secuencia contra los muñecos de nieve no aporta nada. Por otra parte, la labor de Kiernan Shipka (Chilling Adventures of Sabrina) como villana y de Krampus como anti-héroe logran mantener el barco a flote.
¿Estamos ante el inicio de una nueva franquicia en un mundo donde la fantasía y «la realidad» se saludan desde las sombras? Sólo el tiempo -y la taquilla- lo dirán.
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