Winnie perdió sus derechos y también sus pruritos
Cuando un personaje clásico pierde sus derechos de exclusividad y se convierte en algo de uso público, siempre hay alguien esperando para meter la cuchara. ¿O acaso no recuerdan cuando Nik sacó el Gaturro – Principito al día siguiente de esto? Bueno, ahora le toco el turno al osito mielero, con ¿mejor suerte?. Esto es Winnie Pooh: Miel y Sangre.
¿De qué va?
Los días de aventuras y diversión han llegado a su fin, Pooh y Piglet, olvidados y abandonados por Christopher Robin han tenido que valerse por sí mismos. Con el tiempo se han vuelto salvajes, y en un frenesí de sangre, aterrorizarán a un grupo de jóvenes aislados en una cabaña remota.
Este no es un cuento para niños.
No es tan raro de explicar, más sí de entender. En el mundo del copyright hay cosas que se pueden hacer y otras que no. Se pueden explotar ciertos personajes, pero como tienen derechos es necesario hacer un negocio con quien tiene esos derechos para que ambas partes sigan lucrando. Estos son oportunidades millonarias a la que sólo acceden las grandes majors. Pero una vez que eso termina y cualquiera los puede usar…
En un momento de un gran boom del cine de terror de bajo presupuesto (con el éxito de Terrifier 2 en salas, y Blumhouse y A24 metiendo hits a cada rato) cualquier trinchera es hogar, y alguien dijo «¿ya que Winnie Pooh no tiene más copyright, por qué no hacemos una de terror con el personaje?».
Lo que parecía una conversación de drogadictos, se convirtió en una realidad con Winnie Pooh: Miel y Sangre, donde se usan algunos elementos de la historia creada por Alan Alexander Milne pero se le da una vuelta bastante más terrorífica.
La situación es: Christopher Robin decide irse para crecer y los animales antropomórficos que solo él podía ver se convierten a la oscuridad por esta situación. A todo esto, el Bosque de los Cien Acres se convierte en un lugar mucho más lúgubre y la banda se vuelve amante de la sangre (además de la miel).
Lo que podría ser una gran idea, con una buena base marketinera para llamar la atención de un gran público, termina siendo una posibilidad desperdiciada,
A nivel dirección general todo es mal hacer: los planos son confusos y no permiten entender lo que está sucediendo, la iluminación perjudica más esto, las actuaciones son por lo menos poco agraciadas, y la historia nunca termina de explicar hacia donde va.
Los elementos que podrían ser distintivos y explotados para darle un norte a la película se resuelven de manera muy amateur: los trajes parecen demasiado un traje (se podría haber resuelto desde el guión), el juego con la miel queda poco claro, la figura de la mujer vuelve a foja cero a la época de la tetona-que-solo-debe-morir, y el final es completamente anticlimático.
Es cierto que como idea es gigantesca, y tiene toda la potencialidad… ahora, eso tiene que venir acompañado por un respeto por los amantes del género y por el trabajo realizativo en sí. Parecería que lograron vender la película solo por su idea sin mostrar una secuencia, sino no se entiende. Realizar una película de manera independiente no significa que sea de mala calidad.
Puedo imaginar que algo va a haber para los que busquen divertirse a pesar de todo, o los que se emocionen con la primera secuencia (que es animada y casi lo único que brilla) y aguanten la energía un tiempo más, pero los errores a nivel realizativo de Winnie Pooh: Miel y Sangre no deberían olvidarse solo en pos de una buena idea con potencial, sino el género así no crece más.
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