Con una ayudita de mis amigos
Corría el año 1964, y en las páginas del número 54 de The Brave and the Bold (aquel título que reunió a la Liga de la Justicia en su número 28) se cocía el primer team-up de héroes adolescentes del comic estadounidense. En la aventura denominada «The Thousand-and-one Dooms of Mr. Twister», se juntaban Robin (Dick Grayson), Kid Flash (Wally West) y Aqualad (Garth) sentando las bases de ésta pre liga de la justicia adolescente que llevaría por título «Teen Titans» a partir del número 60 de la misma colección. Con un leve cambio de formación (entra Speedy por Aqualad, y se agrega Wonder Girl), este grupo de jóvenes aprendices comenzó a forjar su propia historia que tuvo su punto álgido durante los 80´s cuando de la mano de Marv Wolfman a los guiones y George «master» Perez a los lápices surgió un revival titulado The New Teen Titans.
The New Teen Titans lanzó su número 1 en noviembre de 1980, a los Titans originales se sumarían: Beast Boy (antes conocido como Changeling, durante su andadura en la Doom Patrol), un verdoso niño capaz de cambiar su fisionomía a la de cualquier animal existente; Cyborg, un cyborg (la originalidad ante todo) con más sentimientos que el T-800 en Terminator 2 y con la capacidad de adaptar su cuerpo a las armas que sean necesarias; Starfire, una alienígena guerrera de piel anaranjada con las capacidades bélicas de Wonder Woman y la desfachatez erótica de cualquiera de las concursantes de Bailando por un sueño; y Raven, una misteriosa joven empática que resulta ser la hija del demonio Trigon, razón que conforma y solidifica el equipo en su primer aventura.
Si esa primera historia no les resulta lo suficientemente interesante les propongo leer: «The Judas Contract», un CLASICO del comic en donde Terra se infiltra en el equipo para destruirlo desde adentro. La traición y el desengaño vividos durante esta aventura dejaría chiquito cualquier culebrón mexicano. Siempre, desde las sombras, uno de los hallazgos de esta serie: el villano Deathstroke, un mercenario con ciertos poderes pre-cognitivos (o sea, capacidad de adelantarse al ataque del adversario) y una capacidad poderosa de meter en problemas a este súper-grupo. El legado de este villano también está en Jericho, su hijo mudo con la capacidad de tomar otros cuerpos, quien decide convertirse en un héroe.
Otro de los highlights es la inclusión del mundo social/privado de los héroes, ayudando a crear una empatía pocas veces vista en las historias de los comics, la historia de «A day in the lives…» o el casamiento de Donna Troy acerca el mundo de estos jóvenes al del lector de una manera por demás amigable.
Es durante este título también donde Dick Grayson decide dejar de ser Robin y convertirse en Nightwing, al igual que Wally West toma el manto de Flash para hacerse cargo del legado dejado por su tio Barry Allen. Toda una declaración de principios sobre la posibilidad de evolución y crecimiento de los personajes, que crecen junto a sus lectores.
Luego de que sus creadores dejaran la serie para meterse en Crisis en Tierras Infinitas (en el número 5 de este hermoso pasquín la nota correspondiente) la serie comenzó a boyar, renaciendo y muriendo en diferentes oportunidades; que New Titans, que Titans, que Atom siendo adolescente de nuevo… no fue hasta el 2003 que la moda infanto-adolescente volvió a su esplendor.
Robin (Tim Drake), Impulse (Bart Allen), Superboy (Kon-El) y Wonder Girl (Cassandra Sandsmark) vivían historias muy divertidas en su propia serie regular llamada Young Justice, pero luego de los trágicos eventos sucedidos durante la saga «Graduation Day» evolucionan a formar parte del verdadero legado del universo DC.
Bajo la pluma del fan-favourite Geoff Johns, la nueva formación del grupo mezcló la nueva guardia con la clásica; además de los mencionados se sumaron Beast Boy, Cyborg, Starfire, Raven y la nueva Speedy (Mia Dearden). Esta serie duró 53 números y recuperó viejos conceptos (Trigon, Brother Blood, Deathstroke) adaptándolos a la nueva era y consolidando la relación entre los personajes (la amistad entre Robin y Superboy; el enamoramiento entre Wonder Girl y Superboy, y el engaño de ésta con Robin) llevándola a una mezcla de soap-opera con acción y épica, más mucho humor (recomiendo leer cuando Robin se lleva el Bat-Mobile sin avisarle a papá Batman) a recomendar.
Luego de los eventos de Flash-Point, y el posterior reseteo de la continuidad en el universo DC el nuevo equipo se conforma por los nuevos Red Robin, Kid Flash, Superboy, Wonder Girl, Solstice, Skitter y Bunker.
El lado oscuro de la luna
Mientras en el otro lado, Marvel Comics, la situación era totalmente diferente. El concepto sidekicks nunca fue potencializado como en la vereda de enfrente y era muy raro ver un compañero, salvo que sea uno que haya saltado de un avión para revivir en el futuro como una máquina asesinada llamada Soldado de Invierno. Eso cambiaría durante el 2006…
La saga escrita por Bendis, Avengers Disassembled, había dejado al mundo superheroíco sin sus héroes preferidos. Es así como un misterioso Iron Lad, guiado por un protocolo pergeñado por el destruído Visión (sí, ese androide/sintezoide -o algo así- creado por Ultron para destruir a su creador Hank Pym; sería algo así como que tu padre te mande a asesinar a tu abuelo) se pone en campaña de reclutar a unos específicos especímenes; todos los jóvenes parecen tener algo en común con la comunidad super-heroíca.
Patriot (Eli Bradley) es el nieto de Isaiah Bradley, el Captain America afro-americano (así de correctos somos, no decimos «negro», claro que no) y «hereda» de él sus capacidades; Stature (Cassandra Lang), es la hija de Scott Lang, el segundo Ant-Man; Hulkling (Teddy Altman) es un personaje con la fuerza de Hulk pero que esconde algo más; Hawkeye (Kate Bishop) es la hija de un millonario que durante su tiempo libre decide entrenar y convertirse en una arquera al nivel de Clint Barton; Wiccan (Billy Kaplan) es un mago que en un principio parece asgardiano; Speed (Tommy Sheperd) es el último del grupo en ser reclutado, un velocista de pelo blanco que recuerda mucho a Quicksilver, incluso en su temperamento intempestivo y socarrón.
Mientras el grupo se va conformando descubrimos que Iron Lad es en realidad Kang el Conquistador en su versión adolescente, y todo es un plan de su yo más longevo (comics…) para que se convierta finalmente en el villano que debe ser. Entre revelaciones (alguien del equipo no es de este planeta), reticencia por parte de los mayores a que jóvenes combatan el crimen (es genial cómo Captain America y Iron Man deciden ir a charlar con cada uno de los padres de los chicos para que desistan en sus acciones, gorras…) y alteraciones de la realidad (Iron Lad no quiere convertirse en villano y eso va alterando la realidad a su alrededor) descubrimos la verdadera bomba debajo de la mesa todo el tiempo invisible a nuestros ojos: Wiccan y Speed son en realidad los hijos gemelos perdidos de Wanda Maximoff, AKA Scarlett Witch.
Todo esto matizado con golpes, tiros y cosha golda; la buena pluma de Allan Heingberg (otrora escritor de las series televisivas Gilmore Girls, The O.C. y Grey´s Anatomy) y los INCREIBLES dibujos de Jim Cheung. La serie duró 15 números y algunos especiales (entre ellos «Avengers: The Children´s Crusade» en donde los gemelos deciden encontrar a su madre a como dé lugar) para ser relanzada en el 2013 escrita por Kieron Gillen y dibujada por Jamie McKelvie, con adiciones como la de un jóven Loki, Marvel Boy y Prodigy.
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