36º Festival de cine de Mar del Plata – Recomendaciones

por | 29-11-2021 | Cine, Reseñas | 0 Comentarios

Del 18 al 28 de Noviembre se llevó a cabo una nueva edición del Festival de Cine de Mar del Plata.

El Festival de Mar del Plata siempre es el lugar en donde encontrarse con esas películas que son tendencia en otros festivales del mundo, además de algunas sorpresas nacionales. Este es un repaso por algunas de las películas que se pasaron.

Matar a la Bestia

Emilia (Tamara Rocca), de 17 años, llega a un pueblo religioso en la frontera entre Argentina y Brasil. Ella está buscando a su hermano perdido hace mucho tiempo, con quien tiene asuntos oscuros e inconclusos.
Ella se queda en la selva en el hostal de su extraña tía Inés (Ana Brun) donde, según los rumores, una peligrosa bestia apareció hace una semana.
Esta bestia, afirma la gente, es el espíritu de un hombre malvado que toma la forma de diferentes animales. Entre la realidad y la mitología, lo humano y lo animal, la culpa y la sexualidad, Emilia buscará confrontar su pasado.

La directora Agustina San Martín utiliza el paraje de la selva Argentina / Brasilera para una suerte de coming of age oscura y sexualizada.

Los miedos de la adolescencia, los primeros golpes amorosos, el despertar sexual, la religión, la familia… todo en un clima cercano a lo que fue el NCA (Nuevo Cine Argentino) de principios del año 2000.

Prometedor inicio de carrera, a pesar de contar con algunos baches en el ritmo. ¿La bestia del título? Hay que esperar al final para verla…

Espíritu Sagrado

Mientras una investigación en curso por la misteriosa desaparición de una niña sacude a la comunidad local, José Manuel continúa con su rutina diaria. Trabaja en su modesto bar de tapas, cuida a su madre y asiste a las reuniones semanales de la asociación de ufología Ovni-Levante, donde intercambia información sobre mensajes extraterrestres y abducciones alienígenas con el resto de sus devotos miembros.
Cuando su líder muere inesperadamente, José Manuel es la única persona que conoce el secreto cósmico que podría alterar el futuro de la humanidad.

La película española de Chema García Ibarra es una de las gratas sorpresas del festival. Una fábula sobre la locura en tiempos de sobre-información, donde las viejas costumbres se encuentran con lo infinito de la existencia.

Las teorías extraterrestres más reales (y las más alocadas) se discuten en bares y locales de antaño, con el televisor encendido y las grapas sobre las mesas. Mientras tanto, la desaparición de una niña puede ser la pieza de un rompecabezas que es por demás macabro.

Una gema de esas que no hay que dejar pasar cuando llegue, una narrativa que te va envolviendo a medida que decimos «¿qué estoy viendo?», y que requiere un segundo visionado para ver las migajas desperdigadas por el suelo del metraje.

Camila saldrá esta noche

Camila se ve obligada a mudarse a Buenos Aires cuando su abuela enferma gravemente. Deja atrás a sus amigos y una escuela secundaria pública liberal por una institución privada tradicional. El temperamento feroz pero prematuro de Camila se pone a prueba.

La directora Inés Barrionuevo (que ya tiene varios largometrajes en su haber como La quietud) lleva adelante una suerte de revolución progre que se siente más como una versión espejo seria de Rebelde Way. No estoy hablando peyorativamente, cada tanto aparecen relatos que cuentan lo mal que lo pasan los privilegiados que pueden exaltar sus cuerpos hegemónicos y sus crueldades de gente que tiene un plato de comida en su mesa todas las noches.

En este caso, todo se va construyendo de a poco. Con silencios, una fotografía con pocos contrastes y las miradas (literales y figurativas de sus protagonistas).

Una suerte de fotografía sobre el dolor de crecer.

Las noches son de los monstruos

Sol, una adolescente, se muda con su madre y el novio de ella, Gonzalo. En este pueblo, donde desde el comienzo sólo encuentra hostilidad, deberá enfrentarse al bullying de sus compañeras de colegio y al acoso de Gonzalo. Mientras deambula por las calles tratando de encontrar una salida, conocerá a una perra misteriosa y mágica con la cual entablará una relación simbiótica. Será esta perra la que sorpresivamente, aparecerá para defender a Sol hasta las últimas consecuencias.

Parece que este año, la historia sobre mujeres que se mudan a otro lugar y tienen que crecer a fuerza de golpes, acoso y bestias es una constante. En este caso, con un cast mucho mas reconocido, Sebastian Perillo (que presentó hace algunos años Amateur) construye algo mas mainstream.

Los paisajes conurbanos se sienten argentinos, pero también internacionales. La tensión que se genera entre la protagonista y su «padrastro temporal» (Esteban Lamothe) es incómoda y verosímil; y en el medio de todo eso… un puma que parece estar dando vueltas por las calles.

Cada uno de los personajes funcionan, la fotografía (con grandes contrastes y algunas veces hasta monocromática) ayudan a generar un clima enrarecido pero a la vez reconocible. Una buena apuesta para este tipo de género.

El perro que no calla

Sebastián, un joven de treinta y tantos años, tiene varios trabajos temporales que van y vienen y lo presionan, y abraza el amor cada vez que encuentra la oportunidad. A través de pequeños hechos puntuales, su transformación se retrata en el contexto de un mundo que también se transforma y coquetea con un posible apocalipsis.

Ana Katz es hoy una de las directoras más importantes de nuestro país. Ácida, precisa, observadora… navega en diferentes géneros, siempre teniendo como buque insignia el humor. Y su nueva película no escapa a eso.

Todo arranca con un grupo de vecinos hartos de que el perro del protagonista ladre cuando él no está. Lo que lo lleva a renunciar y a vivir al campo en donde su mundo cambia. Quienes amen a los animales, van a empatizar mucho con lo que ocurre.

¿Después? El camino de Sebastián (Daniel Katz, hermano de la directora) se va forjando cual si lo hubiese escrito Joseph Campbell, encontrando su propia voz en lugares imposibles. En el medio, se encuentra el amor, una nueva familia y una invasión extraterrestre que hace que toda la gente tenga que vivir agachada.

Sí… un delirio exquisito, verosímil en sus reglas, sorprendente pero a la vez muy cercano, que nos hace replantear si la vida que queremos es la que llevamos adelante día a día. Todo adornado en un potente blanco y negro, con algunos momentos experimentales en animación.

Punto Rojo

Diego es un delincuente de poca monta que, solo en su coche en un descampado, participa de un concurso de trivia de Racing. Cuando un hombre cae desde el cielo sobre el capot de su coche, todo deriva en un delirio de fútbol, violencia y humor negro. La llegada de una super agente secreta lo complica todo aún más.

Nic Loreti regresa a la cancha. Luego de Kryptonita (y su spin off televisivo Nafta Super) y 27: El club de los malditos redobla la apuesta de lo bellamente ridículo. Con la base de lo que fue su último cortometraje Pinball (que desfilo por varios festivales), expande ese universo a lugares impensados. Tan impensados como Estados Unidos, la CIA, una posible bomba nuclear y un conocimiento extensivo sobre Racing Club de Avellaneda. Todo eso en 70 minutos de sorpresas sin respiro.

Si buscan una apuesta al género de humor negro en el país… es por acá. Nic utiliza las herramientas que ya utilizó en gemas como Diablo, con personajes exagerados y muy arraigados a la cultura arrabalera. Así como en esa película, todo se va entendiendo hacia el final, donde descubrimos que la verdad puede ser ridícula pero temiblemente posible.

Bad luck banging or loony porn

Emi, una maestra de escuela, ve amenazada su reputación después de que se sube a Internet un video sexual personal. Obligada a encontrarse con los padres que exigen su despido, Emi se niega a rendirse. Bad luck banging or loony porn es una película en tres partes vagamente conectadas: un paseo por la ciudad de Bucarest, luego un ensayo lúdico sobre obscenidades, todo culminando, en la tercera parte, en una confrontación cómica incendiaria. Oso de Oro a la Mejor Película en la Berlinale 2021.

Radu Jude es un director con varios títulos en su haber, en esta coproducción Croata-Rumana-Luxemburga-Republica Checa, se discuten varias cuestiones: todo arranca con un video casero porno en donde nada se censura. Se siente real, sucio y sinsentido como cualquier video de este tipo. Luego, el relato se divide en tres partes.

En el medio de esa división tripartita vemos elementos que se repiten: los barbijos y el distanciamiento social en épocas de Pandemia del COVID, la violencia social, la falta de respeto por las instituciones, la doble vara moral, la mirada del «sálvese quien pueda»…

Durante la primera parte vemos la ciudad prendiéndose fuego socialmente, mientras la protagonista intenta borrar el video de internet. La segunda parte es experimental y habla sobre como interpretamos la sexualidad, mientras que la tercera es kafkiana en una suerte de «juicio» público que recuerda mucho a quienes estaban en contra del Aborto legal en Argentina y sus discursos, más la situación «shame, shame, shame» de Game of Thrones. Algo desprolija en esa división, es una buena película para discutir estos temas.

Veneciafrenia

Como mosquitos atraídos por el faro más brillante, los turistas están apagando la luz de la ciudad más hermosa del planeta. La agonía de las últimas décadas ha desatado la ira entre los venecianos. Para frenar la invasión, algunos se han organizado, dando rienda suelta a su instinto de supervivencia.

Álex de la Iglesia a estas alturas ha trabajado en sendos géneros, y para estas alturas podemos darnos cuenta que aunque no parezca hay una marca registrada, una huella intrínseca y propia, en cualquiera de los trabajos que realiza. Es un artesano, se pone a disposición de las reglas que tiene que cumplir y las sigue a rajatabla, propiciando meternos de lleno en lo que cuenta.

Acá arranca todo en clave Hostel, con unos exacerbados turistas en Venecia durante el carnaval. En el medio, un «loquito» que asesina gente frente a todo el mundo y lo disfraza de performance. Uno de los turistas desaparece y todo se vuelve más una investigación policial con ribetes de Dan Brown y cosas de Venecia rojo shocking.

La desesperación, el miedo / odio / desprecio al turista, la pérdida, la lucha de los oprimidos y la muerte… todo aglutinado en una montaña rusa que no se detiene. La locación de la última secuencia nos recuerda porque hay que dejar de usar tanta pantalla verde. Otra gran película del español.

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Elian Aguilar
Escritor, cineasta, fanático de los comics, las peliculas y las series. Geek desde temprana edad, cuando descubrí que los kryptonianos podían morir y que existía la alegría a 24 fotogramas por segundo. Coleccionista acérrimo que no mide el espacio de sus colecciones. La revista Cine Fantástico y Bizarro me hace feliz y el Festival de Cine de Género Buenos Aires Rojo Sangre es mi lugar en el mundo.

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