Nadie va a escuchar tu grito: Slasher Argento

por | 02-10-2025 | Cine, Reseñas | 0 Comentarios

Las tropelías del asesino del mundial 90

Se estrena en salas comerciales la nueva película de Mariano Cattaneo, director que supo trabajar con el terror religioso, el policial oscuro o la fantasía infantil. Ahora, junto a la productora Black Mandala, estrena Nadie va a escuchar tu grito con todos los elementos del subgénero slasher, pero nacional

¿De qué va?

Mientras un país entero está atento al Mundial de Italia ’90, alguien aprovecha los partidos de Argentina para cometer brutales asesinatos. Micaela, una joven que trabaja en una disquería armando compilados en casete, descubre que el asesino está vinculado a su trabajo a través de una mezcla que ella misma creó y vendió. Cada partido trae una nueva víctima, y mientras intenta descubrir su identidad, Micaela ignora un detalle crucial: ¿Cuántos partidos quedan antes de que sea su turno?

Mariano Cattaneo nunca dejó de buscar. Desde lo márgenes, desarrolló una carrera que tuvo películas como Incidente, Corazón Muerto, Una tumba para tres y La Chica Más Rara Del Mundo. Pero finalmente con Nadie va a escuchar tu grito logró un objetivo pendiente: hacer un slasher con personalidad rioplatense.

La generación que consumió VHS entre 1980 y 1999 concibió el mundo con estrellas, líneas rojas y águilas imperialistas. Spielberg, Lucas, Stallone, Jurassic Park, Indiana Jones, Halloween, Freddy Krueger… nació entendiendo más el papel del quarterback del equipo en una película de terror, que el defensor de El 5 de Talleres.

Por eso, la concepción del horror cinematográfico en nuestro país tuvo un camino cuesta arriba intentando encontrar el gen argento, aquello que tomaba elementos de lo consumido previamente desde Estados Unidos, pero ofreciendo una impronta propia. Demian Rugna lo había logrado… era el momento de ver si sucedía lo mismo con un enmascarado destripando inocentes.

Nadie va a escuchar tu grito es un slasher pura cepa, sigue al pie de la letra toda las reglas que hacen propio al subgénero y su verosímil: hay una final girl, hay un asesino del que desconocemos su rostro e intenciones, e incluso hay una escena inicial con una actor reconocido que fenece para demostrar que nadie está a salvo.

Pero se siente argentina. No padece de copypastear conceptos y situaciones para largar diatribas en español, sino que aprovecha el ethos del subgénero para desde allí construir una historia local. Los espacios, los elementos, las conversaciones, la música, el vestuario y esos raros peinados nuevos.

Argentina está atravesando el Mundial de fubol de 1990, y las calles se vacían cuando juega la celeste y blanca. Allí aparece un asesino, que aprovecha esto en tiempos de diarios y cuatro canales de televisión, para hacer sus fechorías. El silencio cómplice del «no-me-importa-estoy-viendo-fulbo» marida con el silencio de algunos mundiales anteriores, mientras que todo ese espíritu inunda la cinta de argentinidad.

El elenco, con una muy efectiva Sol Wainer (Una muerte silenciosa, Perdida) se viste para la ocasión y encarna a una juventud que luchaba contra australes que no paraban de crecer, la llegada de nuevos formatos, músicas desde lejos en inglés, y los fichines como espacio de resguardo y construcción de personalidad.

Cortita y al pie Nadie va a escuchar tu grito dura 80 minutos, nunca se detiene a sobre explicar algo o a abrir alguna línea argumental innecesaria. Un asesino despiadado disfruta recolectando víctimas hasta que cruza su camino con la final girl, desde allí todos son gritos y sangre (afortunadamente, bastante más hemoglobina de la que venimos viendo en otros productos similares desde Estados Unidos).

Un slasher con pedigree, un buen manejo del ritmo, grandes cantidades de locaciones, acertado trabajo de arte y vestuario, una protagonista con carácter y personalidad, y muertes donde la cámara no escapa. ¿Qué más podemos pedir los amantes del terror? Que sea argentina… bueno, ¡Albricias!

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Elian Aguilar
Escritor, cineasta, fanático de los comics, las peliculas y las series. Geek desde temprana edad, cuando descubrí que los kryptonianos podían morir y que existía la alegría a 24 fotogramas por segundo. Coleccionista acérrimo que no mide el espacio de sus colecciones. La revista Cine Fantástico y Bizarro me hace feliz y el Festival de Cine de Género Buenos Aires Rojo Sangre es mi lugar en el mundo.

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