Unidos: lo primero es la familia, ensamblada

por | 04-03-2020 | Cine, Reseñas | 0 Comentarios

La capacidad de Pixar no sólo radica en su innovación tecnológica  (capaz de ir cada vez más allá a nivel de imagen y nuevas técnicas), o en la cantidad de premios que ya tiene en su haber, o en la taquilla, o en su manera de vender muñecos,  de estar a la vanguardia… Pixar tiene una capacidad única de crear universos narrativos propios, únicos, irrepetibles… y adentrarnos en ellos en menos de 120 minutos.

Si le creíamos a la historia de un universo futurista post-apocalíptico y a una amistad de un robot con una cucaracha, o que los muñecos pueden hablar, o que un hombre decide llenar su casa de globos para salir volando, o que una rata puede ser chef… fue porque Pixar nos hace creer que esos relatos son posibles, y que son nuestros. Sea de la generación que sea. Y con Unidos, lo hace de nuevo.

En este mundo, la magia existía desde los albores de la humanidad. Una humanidad mágica, más cercana a las criaturas mitológicas. Pero la misma, pensada para ayudar a quienes más lo necesitaban, era un arte complejo… por lo que la aparición de la tecnología fue ganándole terreno y convirtiendo a todos estos seres en una involución de sí mismos (no al nivel de los obesos de Wall-E, pero con la misma crítica). Pero la magia siempre quedó allí… esperando.

En el presente Ian (voz de Tom «Spider-Man» Holland) está cumpliendo 16 años… nunca conoció a su padre (que falleció unos meses antes de nacer) y vive en una familia ensamblada con su hermano mayor Barley (voz de Chris «Star-Lord, men» Pratt), su madre Laurel (voz de Julia «Veep» Louis-Dreyfus) y su padrastro: el Centauro policía Colt Bronco (Mel Rodriguez).
Su madre, lo reúne con su hermano y les entrega un regalo post-mortem que su padre había dejado una vez que Ian cumpliese los 16 años: un báculo. Sí, el padre era un mago, ¿el truco? un encantamiento capaz de permitirle pasar 24 horas en el mundo de los vivos para poder tener por primera vez una charla entre padre e hijos. Barley (un rebelde total, metalero y amante de los juegos de rol) intenta el encantamiento sin suerte; pero Ian al sostener el báculo descubre que tiene la capacidad de hacer magia, claro que el hechizo sale mal y el padre queda re-aparecido en el mundo de los vivos por la mitad. Sí, por la mitad… de la cintura para abajo. ¿Entonces? cómo si fuera una suerte de Fin de semana de locura (Weekend at Bernie’s, 1989) el dúo de hijos deberán recuperar una piedra capaz de completar a su padre en menos de 24 horas. Pero en lugar de cargar con un hombre muerto y hacerlo pasar por vivo, deberán hacerlo pasar por un hombre completo en el medio de un mundo de fantasía y tecnología muy similar a la nuestra.

La historia en su estructura es muy parecida a Buscando a Nemo, con tres líneas paralelas que se encuentran hacia el final y permiten explotar las características de cada uno de los personajes. Los hermanos en su quest (término de los juegos de rol) por tener la posibilidad de conocer a su padre, la madre junto a un ser mitológico (la Manticora, en la voz de Octavia Spencer) buscando a sus hijos para protegerlos de una maldición, y el padrastro intentando entender que está sucediendo.

Unidos (Onward en su título original, que significa «Avanzando / Hacia adelante», un título que funcionaría mejor) es una muestra garrafal de lo que Pixar es capaz: una historia creativa y llena de imaginación, personajes tridimensionales con motivaciones reales y empáticas, conflictos claros y bien resueltos, emoción pura sin golpes bajos y una exquisitez visual tan bien lograda que muchas veces se confunde con el live action. Sin olvidar que logran establecer un personaje que ESTA COMPUESTO SOLO DE DOS PIERNAS.

Pixar es sinónimo de calidad innegable, de apostar siempre a más en cada una de sus películas, demostrando que nunca llegamos a ver lo más alto de su vara… como tampoco logramos ver la parte de arriba del padre de Ian y Barley.

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Elian Aguilar
Escritor, cineasta, fanático de los comics, las peliculas y las series. Geek desde temprana edad, cuando descubrí que los kryptonianos podían morir y que existía la alegría a 24 fotogramas por segundo. Coleccionista acérrimo que no mide el espacio de sus colecciones. La revista Cine Fantástico y Bizarro me hace feliz y el Festival de Cine de Género Buenos Aires Rojo Sangre es mi lugar en el mundo.

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