Yo estoy al derecho, dado vuelta estás vos
Una familia navega tranquila cuando el planeta Tierra decide rebelarse y cambiar el orden de los polos, llevando a la destrucción de la mayoría de la humanidad. Catástrofe Inminente busca problematizar sobre los riesgos de nuestro planeta en tiempos de hiperconsumo.
¿De qué va?
Una catástrofe sacude el planeta: los polos magnéticos de la Tierra se han invertido. Los océanos han arrasado los continentes, dejando tras de sí un vasto desierto. En este mundo devastado, una familia debe luchar por sobrevivir. Cuando los polos vuelvan a invertirse, será demasiado tarde.
El cine fantástico siempre supo como dialogar sobre los problemas del presente, mostrando los mundos del mañana. Y en el caso de Catástrofe Inminente eso vuelve a suceder.

Nunca hago esto, pero debo comenzar posicionándome desde el personalismo: no entiendo lo que el director Frédéric Jardin quiso hacer con este proyecto. Desde su alcance es pequeño -se encarga de retratar un fin del mundo desde una familia de cuatro sin mostrar nada de lo que ocurre alrededor-, pero luego se mete de lleno en unos paisajes gigantescos y complejos.
Acostumbrado a diferenciar entre cintas independientes, de mediano presupuesto y blockbusters, Catástrofe Inminente podría estar entre las primeras dos categorías, pero sin querer nunca bajarse del lugar de super-producción. Una rara avis.

El verosimil es algo endeble: una familia navega cuando comienzan a sentirse extraños, y una tormenta fuera de todo pronóstico los coloca con su barco en el medio de un desierto. ¿La explicación? La Tierra enloqueció y decidió torcer ambos polos. Lo que era agua ahora es desierto y viceversa.
¿Cómo sobrevivió esta familia en un barquito a tamaño evento cataclísmico? Bueno… Allí no radica el quid de la cuestión. Lo que busca el director es hablar sobre lo que la humanidad está haciendo con nuestro propio planeta y entre nosotros mismos.

La familia, compuesta por Andreas Pietschmann (conocido por la serie Dark), Émilie Dequenne, Lucas Ebel y Lisa Delamar deberá entender su lugar en este nuevo mundo, donde nada parece tener sentido. Cuándo todo es peligroso, vivir es un milagro.
La idea celular de una familia se siente justificada, ya que la construcción dramática es casi nula. Son ellos: los padres se aman, los hermanos se detestan… la idea no es construir desde los personajes sino desde la acción en esta nueva realidad.

La humanidad como peligro aparece, al igual que otros géneros post-apocalípticos, pero también la figura del monstruo, con unos seres de las profundidades que vuelven para poner boca arriba el mundo. Todo en una suerte de trampa de tiempo donde los polos volverán a modificarse y el desierto será oceáno.
Catástrofe Inminente tiene imágenes potentes y momentos tensionantes. Algunos enganches de montaje se sienten desprolijos, pero lo suple con unos paños de imágenes que parecen salidas de un museo. El arte como modelo de denuncia social apocalíptica, en el medio del fin del mundo.
0 comentarios