La primera profecía: precuela en clave pesadillesca

por | 06-04-2024 | Cine, Reseñas | 0 Comentarios

Un clásico del terror para las nuevas generaciones

Richard Donner (el mismo de Superman, Los Goonies y Arma Mortal) aterró al mundo con La Profecía (The Omen, 1976) hace casi cincuenta años, luego que los vómitos de El Exorcista (The Exorcist, 1973) tomaran por sorpresa a toda una generación. Así, la historia de Damien -el mismísimo anticristo- se convirtió en una franquicia que hoy vuelve a sus fuentes con La primera profecía.

¿De qué va?

La primera profecía está ambientada en 1971 y sigue a Margaret, una joven estadounidense que es enviada a Roma para comenzar una vida de servicio en la Iglesia. Allí, se encuentra con una oscuridad que la lleva a cuestionar su propia fe, y descubre una aterradora conspiración que tiene como propósito provocar el nacimiento del mal encarnado.

Estamos en tiempos de recuelas, donde los conceptos que fueron clásicos se renuevan para otro público más púber pero sin olvidar el valor nostálgico. ¿Pero cómo asustar con viejas fórmulas? Mejor, volver al inicio.

La directora Arkasha Stevenson tenía una doble dificultad: encarar de manera precisa su primera incursión haciéndose cargo de un largometraje, y con un clásico absoluto del horror que venía de capa caída.

Luego de la cuarta (sí, hubo cuatro) parte realizada directo para video, vino una remake en 2006 que intentó revitalizar el mito… pero la realidad ya parecía más aterradora que la ficción.

Así que en tiempos más oscuros, donde nacen falsos profetas, era necesario regresar a las fuentes.

La primera profecía viene a responder una pregunta que nadie se hizo: «¿quién fue la madre del hijo del diablo?». Pero no parece configurarse como pereza intelectual, sino un atajo para evitar los malos tragos del pasado.

¿Cómo mantener la marca registrada en orden y convocar nuevo público?

La apuesta parece algo arriesgada, teniendo en cuenta que busca conectar puntos con la película original volviendo a la década del setenta, en Roma. La falta de conexión con ese momento histórico, pero a la vez similitudes espirituales parecen ser el dardo más certero de este experimento.

Es un experimento porque no apela a grandes nombres (salvo los papeles secundarios de Charles Dance, Sonia Braga y Bill Nighy). Escapa del convencionalismo narrativo para buscar generar emociones.

La primera profecía es una suerte de pesadilla tiktokera que va buscando movilizar el horror más primitivo en cada escena. Hay muertes potentes, algo de sexo, pero sobre todo muchas imágenes que se conectan más con el surrealismo que con el cine actual.

La instancia de conectar con otro ritmo cinematográfico, como el de la película original, la deja en un lugar intermedio más cercano a un Frankenstein.

Nell Tiger Free (como Margaret) le agrega extrañamiento. Su actuación tiene mucho del espíritu de A24 y menos de lo más comercial occidental actual. Sin embargo, algunas veces, el tono la aleja de lo que se genera en el conjunto. Cómo un jugador novato que no aprende a salir del offside.

La última profecía no tiene destino de clásico, pero puede ser una experiencia potente si están dadas las condiciones. No se recomienda su consumo con psicotrópicos, podría ser una pesadilla de la que nunca despierten.

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Elian Aguilar
Escritor, cineasta, fanático de los comics, las peliculas y las series. Geek desde temprana edad, cuando descubrí que los kryptonianos podían morir y que existía la alegría a 24 fotogramas por segundo. Coleccionista acérrimo que no mide el espacio de sus colecciones. La revista Cine Fantástico y Bizarro me hace feliz y el Festival de Cine de Género Buenos Aires Rojo Sangre es mi lugar en el mundo.

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