Llega un nuevo equipo al MCU
El Universo Cinematográfico de Marvel está en reconstrucción. Mientras todos esperan Avengers: Doomsday, y los Cuatro Fantásticos están a punto de estrenar, un nuevo equipo de personajes se pone al frente de los flashes de luz. Ellos son los Thunderbolts* (o capaz no).
¿De qué va?
En Thunderbolts*, Marvel Studios presenta al equipo poco convencional de antihéroes integrado por Yelena Belova, Bucky Barnes, Guardián Rojo, Fantasma, Taskmaster y John Walker. Tras verse atrapados en una trampa mortal tendida por Valentina Allegra de Fontaine, estos desilusionados inadaptados deben embarcarse en una peligrosa misión que los obligará a enfrentarse a los rincones más oscuros de sus pasados. ¿Este grupo disfuncional se dividirá, o encontrará la redención y se unirá como algo mucho más grande antes de que sea demasiado tarde?
El cine de superhéroes está en baja. Punto. Quizás el estreno de Fantastic Four o Superman le den un quinto/sexto aire, pero como todo género está desgastado por el paso del tiempo y la repetición. Ahora, en ese agotamiento podes hacer buenas o malas películas.

Thunderbolts* (su título original es otro, y lo sabemos al finalizar) es el intento por retomar un concepto que siempre funciona: los equipos de inadaptados, de personajes habitando en los grises, de los antihéroes. Frente a la solemnidad de los grandes e indestructibles héroes, hoy la gente está buscando otra cosa.
Deadpool, The Boys, Invencible… cómo sucedió en los 90s, el clima de época limó los límites del subgénero cómic para preguntarse: ¿qué pasaría si alguien no tan correcto, pero con habilidades superiores, decide hacer algo con eso?. Y podremos quejarnos de la sobre-explotación de Disney+ y sus series en la cuarta y quinta fase del MCU, pero dejaron mucho material para reutilizar.

Thunderbolts* (no voy a caer en la trampa del spoiler, y poner el título original) basa su potencia en dos aspectos: un guión que capitaliza a buenos personajes y los pinta de cuerpo entero a través de diálogos inteligentes e interacciones divertidas, y un reparto de actrices y actores infalibles.
Florence Pugh, Sebastian Stan, Wyatt Russell, David Harbour y Julia Louis-Dreyfus ya de por sí podrían protagonizar el próximo film ganador del Oscar a mejor película. Sin embargo, se ponen a disposición de esta historia y parecen divertirse con ello. Y una escritura robusta los acompaña.

El diferencial frente a las anteriores películas de estas últimas fases también se divide en dos: por un lado el uso del tópico de salud mental, no sólo por la aparición de Bob y su sinuoso camino de idas y vueltas, sino también en lo que les pasa a cada uno de los protagonistas; por otro lado una puesta en escena con planos menos espectaculares pero efectivos.
No caigan en la chicana que es la película más A24 de Marvel, pero la búsqueda -por lo menos- está. La música se vuelve menos intrusiva, y se aleja de esa necesidad -desde Guardianes de la Galaxia– de vender más en Spotify que en las salas. La duración si es un poco excesiva, justificándose en el desarrollo de todo el equipo… allí puede haber un fallo en la efectividad del contar.

Cada uno de los personajes tiene su momento (salvo Ghost, que se pierde un poco), pero la acción principal se centra en Black Widow, Winter Soldier y Bob. Valentina brilla en cada aparición, al igual que el Red Guardian. US Agent termina convirtiéndose en un personaje interesante al llegar al final, algo que la serie de Falcon & Winter Soldier no pudo capitalizar.
Thunderbolts* mezcla la acción superheroíca con secuencias que parecen salidas de Eternal Sunshine of the Spotless Mind, se toma el tiempo en construir personajes y sus relaciones, y confecciona una unidad que no se venía sintiendo lógica en Marvel hace tiempo. Hay dos escenas post-créditos, nuevamente son interesantes. Albricias.
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