«Future Man», o cómo el streaming es revolución

por | 27-02-2018 | Análisis, Cine, Cultura Pop, Reseñas | 0 Comentarios

Dupla creativa y escatológica

Antes de empezar a hablar sobre la serie de Hulu, Future Man, es necesario entender su origen. Los productores son Seth Rogen y Evan Goldberg; al primero lo conocemos de películas como Superbad, Pinneaple Express y Knocked Up, al segundo por producir cosas como This is the End, Sausage Party, Neighbors y The Interview. Ambos vienen trabajando en conjunto en cine, pero hace un par de años se encargan de producir y llevar adelante series cómo es el caso de Preacher, la adaptación del comic de Vértigo que sale en las pantallas de AMC.

Future Man fue pensada como una película larga, que en un principio mutó al formato de siete episodios, para terminar en el formato de 13 episodios que Hulu estrenó en 2017.

Creada por Kyle Hunter, Ariel Shaffir (ambos escritores de la ya mencionada Sausage Party) y Howard Overman (escritor en series inglesas como Misfits y Merlin), la serie se configura como una suerte de comedia paródica de ciencia ficción con escatología, drogas y penes grandes.

Leído así uno se pregunta: ¿Cómo llega algo así a la pantalla chica? Sólo es posible en tiempos de multiplataformas de streaming y consumo de nicho.

El vengador del futuro (de outlet)

Josh Hutcherson (el Peeta de The Hunger Games) es Josh Futturman, un pibe sin futuro que vive con sus padres (que en una postura new-age millenial abogan para que nunca deje el nido vacío) y que limpia el edificio del doctor Elias Kronish (un genial Keith David), un profesional de la salud que busca la cura al herpes, y que sufre de tal dolencia.
En sus tiempos libres (y no tanto) Josh se dedica a jugar  a Biotic Wars, un juego que se desarrolla en el futuro y al que nunca puede llegar a la final por un excesivo nivel de dificultad.

Futturman es en el juego lo que no es en la realidad: heroíco, estoico y genial. Tanto, que logra lo que nunca nadie logró: finalizar el complicado objetivo. ¿Y cómo lo festeja? Masturbándose frente a la imagen de la acompañante del juego, que en mitad de la eyaculación se corporiza dentro de su cuarto con el otro personaje protagonista que -claro- recibe todo el contenido del reciente ganador.

El juego era una prueba enviada del futuro para encontrar al salvador de la humanidad. Todo lo que pasa en Biotic Wars es real y sólo el Hombre del Futuro (Future Man, nombre elegido por el protagonista en el juego, como parte de un chiste con su apellido) puede salvarlos.

Todo puede fallar.

Lo que en un principio se presenta como una comedia escatológica sobre viajes en el tiempo, se va convirtiendo en una parodia sobre la ciencia ficción, las reglas en viajes temporales y el amor por las décadas pasadas.

¿Eres tu Sarah Connor?

La búsqueda de la cura del herpes de Elias Kronish, lleva a una fórmula mágica que contrarresta todas las enfermedades del mundo, propiciando la aparición de unos seres humanos perfectos (los Bióticos) que toman el control de la Tierra y la convierten en la peor distopía posible.
En este escenario, un grupo disidente decide llevar adelante una resistencia viviendo en las alcantarillas, comiendo ratas y teniendo sexo como forma de recargar energías y liberar tensiones.

La última oportunidad radica en Josh, ese «salvador» que no es tal.

Tiger (Eliza Coupe, como mujer de armas tomar) y Wolf (un increíble Derek Wilson -que el tandem creativo bien conocía de Preacher-) viajan al pasado para destruir a Kronish y evitar que ese futuro del que vienen, ocurra. Pero se encuentran con un adolescente tardío que dista demasiado de su idea de salvación.

Una vez acomodados a los tiempos antiguos, Tiger y Wolf decidirán seguir las ideas de Josh viajando a diferentes momentos de la historia donde Elias tomó decisiones importantes en su vida y así evitar/salvar el futuro.

A partir de aquí: confusiones espacio/temporales, líneas de tiempo que se van modificando desde lo pequeño hasta lo gigante, referencias a James Cameron (MUCHAS REFERENCIAS, incluso un capítulo completo), referencias a Volver al Futuro, remembranza por esos años 80s de colores estridentes y homosensualidad, el flagelo de las drogas y  el flagelo de los penes grandes.

Cada uno de nuestros protagonistas atravesarán un camino que los modificará de cuajo, y llevará a Josh a ser el héroe impensado (o no).

Mención aparte a los padres de Josh (Ed Begley Jr. y Glenne Headly -que falleció antes de terminar de grabar la primera temporada-) por esa tónica new age querendona y buenaza que destilan en todas sus apariciones; a Haley Joel Osment (¡sí! El de Sixth Sense) por el ser el villano más patético de la actualidad; y a Robert Craighead como el Detective Vincent Skarsgaard, que parece entender el tono de la historia desde el inicio y se divierte muchísimo en pantalla.

Una propuesta que no tendría cabida en ningún canal de aire en USA, y tampoco en cable. Pero que gracias al consumo de nicho y los diferentes sistemas de streaming, permite llevar a cabo una historia completa sin el miedo a las cancelaciones o a perder su especificidad ante las presiones del mercado. Un vómito de amor por el cine de ciencia ficción que todos los amantes de películas como Terminator van a adorar.

Tanto como en el futuro adoran a James Cameron.

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Elian Aguilar
Escritor, cineasta, fanático de los comics, las peliculas y las series. Geek desde temprana edad, cuando descubrí que los kryptonianos podían morir y que existía la alegría a 24 fotogramas por segundo. Coleccionista acérrimo que no mide el espacio de sus colecciones. La revista Cine Fantástico y Bizarro me hace feliz y el Festival de Cine de Género Buenos Aires Rojo Sangre es mi lugar en el mundo.

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